SE MANIFESTARON LOS TURISTAS DEL ÚLTIMO CRUCERO DE LA TEMPORADA.
Como una experiencia maravillosa, que les permitió conocer cómo vivían las familias en el desierto más árido del mundo y una adecuada museografía que muestra claramente aquella época en Humberstone y Santa Laura, expresaron los turistas que optaron por el circuito a estas salitreras, en el último crucero de la temporada.
El “Crucero Ronald Amundsen”, de bandera noruega, recaló este miércoles en el puerto de Iquique, y sus pasajeros descendieron tomando diversos circuitos. Como viene ocurriendo en las distintas temporadas de crucero, un número considerable, sobre 110 pasajeros de los cerca de 300, optaron por trasladarse hasta Humberstone y Santa Laura.
Así, los cruceristas, recorrieron las instalaciones de ambas salitreras, durante la jornada de la tarde, retornado al puerto de Iquique, a eso de las 19.00 horas, para seguir con la travesía rumbo a Arica y luego al Perú, específicamente al puerto de Callao.
CRUCERISTAS
Kimberlin, profesional especializada en marketing digital y que habla perfectamente el español, -vivió en España y Argentina-, dijo que junto a su padre y esposo, estaba feliz de conocer las salitreras en el norte de Chile. “Me parece interesante, algo que nunca había visto en mi vida. Recomiendo porque es algo distinto. Cuando se habla de Chile uno piensa en las grandes ciudades, pero esto es diferente. Lo recomiendo”.
Engel, de Texas, visita las salitreras por segunda vez. Recuerda que la primera vez vino hace 16 años, estaba muy distinto, ya que ahora el museo de sitio tiene una propuesta muy original. “Lo que más me gusta es que acá las personas tenían una vida muy unida entre las familias, había una vida comunitaria y pese a lo difícil, eran muy felices”.
Irma, también de Texas, Estados Unidos, ha visitado tres veces Chile y dos las salitreras. “La gente de aquella época tenían trabajo y casa. Pero lo más importante es que la primera vez, una señora que vivió en Humberstone desde niña, que nos impresionó la vida amable y feliz que nos presentó, pese al trabajo dura que hubo acá”.
Chilex es la empresa que se encarga de materializar estos circuitos patrimoniales, contando para ello con guías turísticos especializados, que conocen la historia del salitre y la forma cómo, durante el ciclo salitrero, se desarrolló la vida en la pampa.
Jade Campos contratada por Chilex, es estudiante de quinto año de la Carrera de Traducción de la Universidad Arturo Prat y fue una de las guías de los cruceristas, junto a René Manzano y Andrea Agurto que dirigieron a los otros dos grupos-.
Jade señaló que la experiencia le parecía excelente para conocer otras culturas y otros idiomas. “Le explicamos la historia de lo que ocurrió aquí, la masacre también y las condiciones de vida en las salitreras”.
Dijo que a los turistas extranjeros “no reportan que el clima es raro porque ahora en la tarde hay mucho viento e igual hace calor. Se preguntan de dónde sale el agua, porque como ven un desierto, se preguntan cómo se obtiene el agua. También se preguntan el porqué hay tanta energía acá y porque se hizo lo que definen como un pueblo fantasma y las razones por las que dejaron de funcionar”.
En lo personal, la guía señala que le gusta mucho este tipo de trabajo, “porque uno conoce muchas visiones y puntos de vista y cómo se sienten con el proceso de este recorrido”.
CIERRE DE TEMPORADA
Durante la temporada de crucero 2022-2023, 12 embarcaciones y unas 5 mil personas entre pasajeros y turistas, recalaron en Iquique.
La Corporación Museo del Salitre, que administra el Sitio Patrimonio de la Humanidad Salitreras Humberstone y Santa Laura, valora que las distintas entidades y autoridades, propongan en los circuitos, el recorrido por las salitreras, para que se conozca lo que fue ese ciclo económico y lo que fue la vida en un territorio desértico, en esa época, alejado de todo.
Además, la producción y exportación del salitre fue clave como abono en los países de Europa que enfrentaron la destrucción de sus campos agrícolas, después de sucesivas guerras, siendo el abono surgido en el norte de Chile, lo que le permitió recuperar los suelos para producir alimentos.